Mimetizado con la lluvia, me habita la convergencia constante entre la literatura y el dibujo. Me decidí por ser buceador profesional en el mar de mis incógnitas. No tengo nada que perder, porque no hay nada que haya sido mío; ni siquiera mis letras, que aunque salgan de mí, siempre eligen crecer en los otros.
Embutido en la incomodidad de una camilla, me sufro a mí mismo. Encierro y
medicación. El silencio en mi hombro, cual centinela del diablo.
Abstinencia. Las piernas heridas, la lluvia afuera. Depresión. Una mujer
entra en mi habitación y me llama por un nombre por mí mismo ya olvidado. Al
dolor terco me levanto y descubro dos heridas que atraviesan mi hombro
derecho. La mujer se sitúa suavemente a mi lado y extiende mi brazo.
Jeringa. La sangre no sale y la aguja me hiere; la sangre se esconde y no
drena...
[Seguir leyendo...]
Solo hay un salto.
Tuve que venir enseguida ante tu llanto. Qué sorpresa me llevé al encontrarte sonriendo. ¿Qué era eso entre tus manos? No me dejaste verlo; lo escondiste en tu mochila y te levantaste. En ese momento pensé confesarte que sos mi mejor amigo, el único que jamás tuve. Pero cuando te levantaste del suelo vi que no era necesario, porque vos ya sabías que yo llegaría, y fue por eso que sonreíste.
Bebimos; como en los años de ingenuidad, cuando jugábamos a ser dos poetas
en el balcón...
[Seguir leyendo...]
La memoria de un 28 de mayo en la Bogotá que protesta, los delirios
inevitables de un hombre con la conciencia rota y palabras que fluyen sin
reglas de la boca de un poeta; los textos de nuestros escritores nuevamente
toman vida en este capítulo de De Caras e Historias.
[Escuchar episodio...]
… que ya no espero que me recibas.
Te saliste por la ventana y te subiste hasta el techo, te sentaste y me
dijiste que lo que más extrañabas de vivir en la montaña era poder ver el
atardecer sin que los edificios arruinaran el espectáculo, y luego me
dijiste que te sentías solo. Pensé que querías que te acompañara un rato, y
eso hice. Me senté contigo en el techo y en silencio vimos el atardecer
hasta que la noche se apoderó del cielo. Estuviste en silencio todo ese
rato...
[Seguir leyendo...]
A Lucía le gustaban los dragones,
pero cuando le dibujé uno, no quiso recibirlo.
...
[Seguir leyendo...]
Bienvenidos a este nuevo espacio que se inaugura de la manera más apropiada
que pudimos encontrar, ¡durante el mes del terror! Con dos poemas y un
cuento de nuestros escritores de la casa.
Iniciamos con "La falsa mirada", de Alejandro Sánchez, para hablar de lo que
parece pero no es; pasamos por los llanos orientales colombianos con un
cuento algo truculento de Andrés Camacho, "Jaime H."; para finalmente cerrar
con una clásica quema de brujas de Alex Noa, "Retrato de antaño".
[Escuchar episodio...]
Altas horas, alto reloj, alto sonido; ¡qué palpitar! En sus manos se reúne
todo el impulso de su mente. Un pensamiento, un miedo, una certeza; alguien
es perseguido, ¿por quién? Siente que dentro de todos estos años no ha
descubierto nada realmente fuera de lo normal, habría deseado ser diferente
a todos sus semejantes, pero todo lo que ha hecho no han sido más que
intentos. Se advierte igual, cansado, perdido, solitario...
[Seguir leyendo...]
Habían sido poblados algunos rincones del mundo por hijos de titanes,
dioses, gigantes y ninfas. Tras las primeras edades de la tierra y del mar,
nacieron hombres y mujeres que rendían culto a sus respectivas deidades; sin
embargo, ya la caja de pandora había sido abierta, y en el mundo reposaban
los deseos humanos transfigurados en avaricia...
[Seguir leyendo...]
No te quiero como digo quererte
porque nada hay que yo sepa querer,
y desde mis palabras un tufo habítame
sobre el vasto e incesante declive
que supone mi fracasado porvenir...
[Seguir leyendo...]
Crecía en el pueblo una aprensión
Una mujer era bruja, de un diablo preñada.
Se ordenó ejecución, fuego y represión.
Imploraron al cielo dirección y estocada.
...
[Seguir leyendo...]
Hace varias semanas que no respondo a sus mensajes, y dudo que con esto
acaso esté buscando disculparme con usted. Verá, he estado atravesando
momentos muy complicados conmigo y con el mundo, o, para ser un poco más
preciso, con la perspectiva que he creado del mundo. A veces siento que me
equivoqué de profesión, que me cuesta convencerme a mí mismo de que lo que
hago sirve de algo o que tiene, por lo menos, un poquito de razón. Y ¿sabe?
he estado enojado, no he podido escribir...
[Seguir leyendo...]
-¿A dónde vamos?
Shh, hermosa, no preguntes. No te esfuerces demasiado, por favor intenta
mantener el equilibrio, la canoa podría voltearse, y, no es buena idea
intentar nadar en la nada. Deja que nos lleve, te prometo que no será un
viaje largo. Levántate, aún conservas tu forma… eso es maravilloso; por
favor, no mires hacia afuera de la canoa, mira mis ojos. ¿Me reconoces? Por
favor, déjame bailar contigo este vals, ¿lo escuchas? ¿Ves los pequeños
destellos de luz que nos rodean? Es arena...
[Seguir leyendo...]
En el principio no era más que un don nadie, un retador de la suerte que
llovía las noches enteras preguntándose a sí mismo por qué. Y me fastidiaba,
no podría negarlo, no sabía si en realidad era un charlatán o simplemente un
imbécil (pues la diferencia es abismal). Pero qué podría hacer al respecto,
si el hombre gozaba de un sentido del humor exquisito, vivaz y ocurrente que
lograba convencer a todos a quedarse a la siguiente cerveza.
[Seguir leyendo...]
Esta ha sido una lucha de años.
Son las 2:22 de la mañana, y siento que ya fue suficiente por hoy. Empieza a
consumirme la ansiedad, de nuevo, como un torbellino de vibraciones
involuntarias que inician desde mis pies y progresivamente van
inestabilizando todo mi cuerpo. Llevo días sin poder pensar con claridad,
sin dormir ni soñar. ¿Acaso estaré perdiendo el juicio? o ¿me estará él
perdiendo a mí?
...
[Seguir leyendo...]
Tengo a Catalina en la silla, posando para mí. Está desnuda y no tiembla.
¿Por qué yo sí?
-Santiago- me dice -¿Sientes el frío? (En realidad el frío es lo último en
lo que pienso. Tiemblo, pero no de frío, y no puedo dejar de dibujarla).
-No te muevas - (Por favor, no lo hagas. Falta poco, no tienes que moverte,
sientes el frío porque no estás pensando en otra cosa que el frío. No hay
frío, no lo pienses.) - ya pronto dejará de helarte el clima.
...
[Seguir leyendo...]
Venían entonces los hijos de los dioses, eran sabios y elegantes; así
bajaban y cruzaban el mundo de los hombres y las mujeres mortales.
Algunos héroes, reguladores y profetas, dotados de valentía y esperanza,
caminaban entre los humanos como sanadores de espíritu, como hijos de
potentes dualidades; del sol y la luna nacieron dos antropomorfas esencias
sintientes, primero en categoría de hombres, que luego alcanzaron su
inmortalidad...
[Seguir leyendo...]
Nada de esto tiene sentido básicamente porque estoy intentando quitárselo.
Hay una vastedad incomprensible en ese color; me atrapa, pero, tengo que
dejar de mirarlo, por si acaso me ahogo allí y se me convierte en esos
macabros recordatorios dignos del "nadie te obligó a sumergirte en estos
ojos" y luego tenga que tragarme el "te dije que lo mejor era no involucrar
sentimientos"; entonces concluyo que Sara tiene un color de ojos letal
básicamente porque me recuerda la profundidad de mi caída.
[Seguir leyendo...]
Era la media mañana del martes, Pablo dictaba su clase en el grado 11°
mientras Franco hacía válida la venta de una pintura que pensó jamás
llegaría a vender. Se trataba de un hombrecillo de no más de 1.55 m de alto
que se disponía a satisfacer los caprichos de su esposa, una mujer 20
centímetros más alta que él. Aquella mujer tenía un gusto excéntrico y
obsesivo por el arte, desatino que Franco celebró internamente al deshacerse
de una de las pinturas que más le dolieron al momento de su creación.
[Seguir leyendo...]
¿Soldados sin coraza
Ganaron la victoria;
Su varonil aliento
De escudo les sirvió?
Cambio total de perspectiva, he aquí tu nuevo himno:
...
[Seguir leyendo...]
– Estoy exhausta, no sé qué más hacer para convercerme de que aún
puedo ser alguien.
– Yo aún te necesito.
– Tú no me necesitas, sólo quieres creer que tu historia vale la
pena ser escrita, y por más que yo lo intente no sé cómo hacer de ésto lo
que tú quieres.
– Ojalá fuera tan sencillo como el ego. Verás, yo soy todo lo que
tú decidas caracterizar...
[Seguir leyendo...]