Empatía de la que te mofas,
ahogado en un mar de auto cumplidos,
que no alcanzan a llenar ese vacío espiritual,
ese vacío que llena tu alma negra,
alma que es cargada por tu ser poco recíproco.
No te lo quieres cruzar,
miedo da al pasar,
te quieres alejar pero terminas untada,
hundida,
confundida,
pasmada,
terminas espantada,
ahogada.
Ya no hay retorno cariño,
solo una cosa te pido,
no entres en mis aposentos,
no interrumpas mi silencio,
deja que mis penas dancen por ahí,
deja que mis miedos ronden el jardín.
Acaba con tu ser,
solo el tuyo príncipe herido,
que yo no soy culpable de tu desatino,
estoy cansada de intentarlo amor mío,
nada te complace,
pero te recuerdo que puedo ser reemplazable,
busca alguien más,
que te brinde todo lo que das, de vuelta,
porque yo estoy rota,
todo de mí se desborda.
El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello