Política

¿De cero a héroe?: Viktor Orbán

Tiempo estimado de lectura: 4 min
2021-09-27 por Andrés Camacho

Viktor Orbán es el actual primer ministro de Hungría. Todo comenzó, en 1989, con un discurso de siete minutos donde habló de la importancia de la democracia en la era post soviética. Sin embargo, el discurso ha llegado a debatir, de forma xenofóbica, las políticas de migrantes en Europa. ¿Cómo es que se convirtió en uno de los políticos más exitosos en la historia de Hungría?

En la plaza central de Budapest, en el año de 1989, un joven de 26 años habló en televisión para toda Hungría. Un discurso que conmovió a millones de personas en un país que estaba siendo ocupado militarmente por la Unión Soviética. Hoy ese discurso es recordado como el inicio de una nueva rama política en el país, no obstante, muchos juzgan de oportunistas las estrategias de Orbán.

Su carrera comenzó en el Ministerio de Agricultura, trabajando allí consiguió una beca para estudiar ciencia política en Pembroke College, en Oxford. En su regreso a Hungría se unió al partido Fidesz, un grupo de jóvenes que buscaban reformas liberales, no obstante, Orbán era conocido como la línea nacionalista y antisemita del partido. El líder del partido, Lendvai, trató de expulsar esta línea radical: muchos de los principales arquitectos del partido eran abogados judíos que admiraban a académicos de Europa occidental.

Para en 1991 era el tercer político más popular del país. Sin embargo, en las primeras elecciones del Parlamento su partido obtuvo muy pocos escaños, mientras que los partidos comunistas cooptaron la mayoría de las sillas. Orbán decidió que para salvar el partido era necesario radicalizar su discurso de derecha: se pretendía respetar los valores nacionales sobre los extranjeros, el uso del Magyar (una lengua tradicional del país, que se encuentra en la población rural).

Para 1998, el partido Fidesz se aseguró con 148 escaños en el Parlamento. Se convirtió en el primer ministro más joven en la historia de Hungría. Pero a pesar del avance en la economía, para 2002 el partido pierde las elecciones. Entre 2002 y 2008 se convirtieron en el partido de oposición. Después de algunas crisis provocadas por corrupción y la crisis económica mundial de 2008.

En esta etapa el discurso se radicalizó aún más. Orbán contrató al estratega estadounidense Arthur Finkelstein, donde le realizó la recomendación de explotar el legado que avergüenza a los húngaros: Orbán asumió alegremente el cargo, abrazando la retórica de sangre y tierra del nacionalismo húngaro y la imposición del filántropo judío George Soros como el símbolo de todas las cosas globalizadas y siniestras.

En las elecciones de 2010, el partido de Orbán obtuvo el 57% de las curules en el Parlamento. Esta mayoría le permitió modificar las instituciones, la economía, la política exterior y, particularmente, la constitución. La nueva Constitución rompió con cualquier tradición que existiera dentro del régimen comunista, así como se hizo notable cómo el control judicial superó la política y, sobre todo, la elaboración de una constitución se convirtió en la tarea de Orbán donde trató de debilitar y deslegitimar autoridades que se entrelazaron con el status quo, como el constitucional tribunal, el "defensor del pueblo", los medios de comunicación autoridades, y el banco central.

En 2011, la nueva constitución se aprobó a través del parlamento en nueve días sin cualquier aportación del público, mucho menos un referéndum. La principal víctima de la nueva constitución era el poder judicial, especialmente el Tribunal Constitucional. Previamente, los poderes del poder ejecutivo eran limitados por un elevado número de normas constitucionales leyes y su amplia interpretación; esto significó darle una poca representación a la oposición en el poder de la mayoría.

Desde que llegó al poder en 2010, Orbán ha desdeñado constantemente la independencia judicial, las libertades académicas y de los medios de comunicación, y los derechos de los migrantes. Él tiende, en opinión de mucha gente, a pisotear sobre algunos de los valores fundamentales de la UE. Sin embargo, hasta ahora la UE no ha hecho nada sólido para refrenarlo a él y a su gobierno.

Con tendencias autoritarias y hostilidad hacia el liberalismo, todo resulta cínico, considerando que llegó al poder como parte de Hungría disidente y antiautoritaria. Aún más irónico es su cercanía a Rusia y Vladimir Putin. El nacionalismo étnico autocrático de Putin se ha convertido en un modelo para la política de Orbán y la derecha húngara. Por lo tanto, un Retórica de la "Gran Hungría" que defiende los derechos de los húngaros fuera de las fronteras del país y las convierte en una la furia se ha convertido en una parte inseparable de la política.



Sobre el autor

Andrés Camacho

Director general

Cofundador de la Revista Cara & Sello. Politólogo o al menos eso dice el cartón que cuelga en mi pared. Amigo de la literatura y la música. Columnista semanal: escritor desde de lo cotidiano y lo marginal.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



Cargando comentarios...
Scroll to Top