Política

¡Que cierren ese puerto!

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Buenaventura, un distrito especial, portuario, industrial, ecoturístico y biodiverso, una ciudad, principal puerto marítimo de Colombia y entre los diez primeros puertos más relevantes de América Latina. Buenaventura mueve más del 50% del comercio del país, el corazón económico, la ciudad de los empleadores y generadores de ingresos tributarios, el nodo portuario del pacífico colombiano, potencializador de los departamentos aledaños y punto estratégico en el comercio exterior.

Buenaventura es todo esto y también, la ciudad que pide a gritos desesperados el auxilio a un país indolente. La pobreza en general, ha venido de la mano de la violencia que hoy por hoy se vive. La crisis que invade a esta ciudad se ha agravado en los últimos años, teniendo como punto de choque los grupos delictivos, bandas criminales, guerrilleros, entre otros. Desde la historia, vemos cómo Buenaventura ha sufrido directamente la violencia con la consolidación de las FARC en los años 90 y luego la llegada de paramilitares, la multiplicación de las bandas delincuenciales y los múltiples actores que han surgido alrededor del manejo del puerto más importante de Colombia.

El Centro Nacional de Memoria Histórica en su informe nombra a Buenaventura como un puerto sin comunidad. “El resultado es un documento que no se limita a mostrar que cerca del 44% de los habitantes de Buenaventura ha sufrido directamente los efectos de la guerra, o que entre 1990 y el 2012 ocurrieron casi 5 mil asesinatos, 475 desapariciones forzadas, 26 masacres y más de 150 mil personas fueron desplazadas de sus territorios. Se trata de una investigación que nació a raíz de una petición que diversas organizaciones sociales -agrupadas en un espacio que denominaron Minga por la Memoria- le hicieron al CNMH para que contribuyeran a la comprensión y a la explicación de las causas por las que la violencia de los grupos armados se ha ensañado principalmente contra la población civil.” Un puerto sin comunidad también es reconocer y denunciar la responsabilidad del Estado colombiano que de palabras para dentro es “un Estado social de derecho” pero que sin embargo, desde las periferias vemos la profunda crisis que se reproduce en sus territorios. La crisis que vive Buenaventura es la consecuencia de un gobierno despreocupado, desatendido y olvidado

Lamentablemente, a los bonaverenses les tocó vivir en un territorio “privilegiado”, un puerto sobre el océano pacífico donde ha sido el criadero de múltiples actores armados que viven gracias a los recursos que produce esta economía portuaria. Estas condiciones han incentivado toda clase de violencia en la ciudad y que, como respuesta, sus habitantes deciden visibilizar de distintas formas la cruda realidad en la que se encuentran.

Un puerto sobre el océano pacífico el cual ha sido criadero de múltiples actores armados que viven gracias a los recursos que produce esta economía portuaria.

Miles de gritos de auxilio desesperados ante el control despiadado de los grupos armados llaman la atención de algunos, pero no la del gobierno nacional. “La situación es tan crítica que solo en enero aumentó en un 200% el número de asesinados en Buenaventura. Mientras que en enero del 2020 fueron 7 homicidios, en enero del 2021, según cifras de la Policía, fueron 22 homicidios. A esto se suma que 14 personas han sido reportadas como desaparecidas, de las cuales 3 aparecieron con vida, de las demás, no se tienen noticias. La personería distrital, por su parte, ha reportado que 156 Familias (653 personas) han sido desplazadas.” ¿Cuántas masacres más tienen que pasar? ¿Cuántas desapariciones? ¿Cuántos desplazamientos? Parece ser que la única forma de preocuparles a este país, es cerrando el prodigioso puerto en el pacífico.

“¿Cómo vamos a perjudicar a 50 millones de colombianos si 50 millones de colombianos no piensan en nosotros? A este país, a muchos de ustedes y a mucha gente en el país le interesa es que salga y entre la mercancía. Es lo único que importa ” Esta es la manifestación de Leonel Rentería a Bluradio. Un líder, un caudillo, un valiente que se atreve a denunciar los diferentes crímenes cometidos en su tierra y que, busca garantías mínimas como seguridad, salud, protección y ser escuchado.

¿Será acaso la forma en la que nosotros como compatriotas dejemos de ignorarlos? ¿Hay que esperar que la crisis toque a todo el país para preocuparnos? Parece que no basta con saber que toda una ciudad duerme con miedo, parece ser que no nos importa saber que cada día hay más desplazados por la violencia. Los inmensos daños causados al tejido social de los bonaverenses de una violencia desangrada y aterrorizada, abren una gran pregunta sobre la capacidad del Estado colombiano, y la incompetencia al no contar con una intervención interinstitucional inmediata. Por esto y por mucho más yo me uno al #SOSBuenaventura.



Sobre la autora

Saira Daniela Mora

Escritora

Politóloga opita acogida por la capital. Caprichosa por entender las dinámicas del mundo. Apasionada por los temas de política internacional, social y cultural. Crítica de los temas controversiales, reservada en lo cotidiano.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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