Política

Ser un joven Cabal: ponerse la soga en el cuello

Tiempo estimado de lectura: 3 min
2021-11-01 por Andrés Camacho

Ser joven Cabal es sinónimo de otras denominaciones; los han llamado paramilitares, retardados, inútiles y las redes sociales están plagadas de burlas sobre ellos. Muchos han escrito en redes: “si usted es un joven Cabal, por favor elimíneme de sus amigos”. Aunque se escandalicen de las perspectivas políticas de otros, ¿el rechazo favorece el ambiente político para las elecciones del 2022?

“Soy joven Cabal porque creo en la reducción del Estado, en el porte de armas, en la propiedad privada, en las Fuerzas Militares y la Policía, en la seguridad, en el emprendimiento, en el libre mercado", fueron las palabras de estos jóvenes que defienden las perspectivas políticas de la campaña del uribismo para la presidencia en el próximo año.

Los que defienden otros movimientos políticos afirman que estos jóvenes viven en una realidad colombiana que no existe, debido a que el porte de armas es la conducta paramilitar por excelencia en el país. Las Fuerzas Militares y la Policía son organismos del Estado que atentan contra los Derechos Humanos al asesinar niños combatientes y realizar abusos que son protagonistas cada vez que se presentan protestas en Colombia.

A pesar de que los jóvenes Cabal comprendan la realidad política colombiana de una manera diferente, y se entiendan a sí mismos como gente de bien, aquellos que no comparten esta perspectiva también consideran que son el verdadero cambio del país. No obstante, eliminar el diálogo entre las ideas políticas de una sociedad, termina siendo perjudicial en el ambiente democrático.

Carl Schmitt reafirma la importancia de los enemigos en la política. El enemigo es el otro, aquel se convierte en el lugar antagónico de aquellos que se consideran la opción correcta para cambiar las oportunidades del país. Entre enemigos, la aniquilación es el objetivo; sin embargo, es el Estado quién regula la actividad política: promueve las actividades de competencia entre los partidos y movimientos políticos.

¿Qué sucede cuando la lucha política de los buenos contra los malos termina? La política llega a su fin. En el momento en que no existe un diálogo entre dos o más perspectivas antagonistas, los espacios de discusión no promueven nuevos escenarios de participación política: un movimiento que controla todos los ámbitos elimina la oportunidad de la competencia política, en un ambiente democrático positivo.

Los jóvenes Cabal, a pesar de pertenecer a una perspectiva política que para muchos es irrisoria, deben ser considerados como parte de un movimiento que está tomando fuerza entre algunos votantes para el 2022. La aniquilación o el ostracismo no es una conducta democrática que favorezca las próximas elecciones, la constante lucha entre los buenos y los malos debe continuar para asegurar el surgimiento de nuevas perspectivas del proyecto inacabado conocido como el Estado colombiano.



Sobre el autor

Andrés Camacho

Director general

Cofundador de la Revista Cara & Sello. Politólogo o al menos eso dice el cartón que cuelga en mi pared. Amigo de la literatura y la música. Columnista semanal: escritor desde de lo cotidiano y lo marginal.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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