El presidente Jair Bolsonaro ha dicho que las máquinas de votación utilizadas en todo Brasil están abiertas al fraude, con ecos de la retórica de Donald Trump en torno a las elecciones estadounidenses de 2020: ¿qué tan cierto es esto?

Las elecciones presidenciales de Brasil van a una segunda vuelta, luego de que la votación del 2 de octubre terminó sin que ningún candidato lograra el 50% de los votos necesarios para evitar una segunda vuelta. En esta elección la votación se está haciendo electrónicamente, como ha sido el caso desde 1996. Cada candidato tiene un número, y el día de las elecciones los votantes escriben el número de su candidato elegido en una máquina de votación en los colegios electorales de todo el país.

Luego, las máquinas cuentan los votos y los totales se envían electrónicamente a una oficina central. Se cuentan los votos de todo el país y se anuncia el resultado final, generalmente a las pocas horas del cierre de las urnas. Cada máquina también imprime una copia en papel de los totales de cada candidato.

Cuando cierran las urnas, se muestran públicamente en los lugares de votación y los votos de cada máquina se pueden comparar con el total registrado por el tribunal electoral. Este año, por primera vez, estas copias en papel se publicaron en línea el día de la votación de la primera ronda.

El presidente Bolsonaro ha estado haciendo afirmaciones durante años acerca de las supuestas acciones fraudulentas del proceso. Después de ganar las elecciones presidenciales de 2018 en una segunda vuelta, afirmó que el fraude electoral le privó de una victoria absoluta en la primera ronda, que ganó por un margen de 17 puntos con el 46% de los votos.

En el 2014, se realizaron auditorías a máquinas electorales durante todo el país, donde se demostró que no había pruebas de fraudes. El Tribunal Supremo Electoral, el organismo que supervisa las elecciones de Brasil, dice que el sistema cuenta con una serie de procedimientos para asegurar el voto.

El voto depositado en la urna electrónica está asegurado por varios mecanismos. El software pasa por varias pruebas, incluidas pruebas con expertos e investigadores externos que intentan romper su seguridad, afirman la Secretaría de Tecnología de la Información del Tribunal Electoral de Brasil. Antes de cada elección, el Tribunal invita a investigadores y expertos en software a buscar vulnerabilidades en el sistema de votación. Este año, más de 20 expertos intentaron penetrar el sistema, pero no lo lograron.

Con esta forma electrónica, los brasileños no solo votan por el presidente. También se emiten votos para otros representantes políticos, como senadores y gobernadores, utilizando números únicos para identificar a los candidatos.

Desacreditar las instituciones democráticas de un país, afecta profundamente la confianza por parte de la ciudadanía hacia la democracia de su país. Los políticos deberían de fundamentar que las instituciones no le sirven a sus intereses, sino al bienestar de los habitantes: las instituciones tratan de ser imparciales a pesar del partido.