Sociedad

Son solo humanos

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¿Qué sentirá una deidad al observar la naturaleza humana? La canción “They’re only humans” parece querer contestar dicha pregunta, como miles de relatos y mitos a lo largo de nuestra historia. Inspirada en el icónico cómic y luego pasado a anime, la canción forma parte de un musical “Death Note Musical”. La premisa de la libreta, junto al poder de dar vida o muerte, parte de nuestro esfuerzo, tal vez ingenuo o inútil, de intentar imaginar cómo podría sentirse una deidad en torno a la vida humana.

En el caso de la Death Note, el sentimiento de las deidades de la muerte es claro: aburrimiento. No solo es el detonante para que el dios de la muerte deje caer la libreta al mundo terrenal, sino que es el sentimiento reinante dentro del mundo de los dioses. En la canción que inspira este escrito, ambos dioses cantan sobre la insignificancia e irrelevancia de la vida humana al compás de la melodía, sólo para reflejar su enorme aburrimiento y ver en nosotros una escapatoria de su eterno letargo.

En la canción que inspira este escrito, ambos dioses cantan sobre la insignificancia e irrelevancia de la vida humana al compás de la melodía, sólo para reflejar su enorme aburrimiento y ver en nosotros una escapatoria de su eterno letargo.

Es una actitud que asumimos comúnmente sobre los sentimientos divinos. Esto lo podemos ver reflejado en obras como “El libro de la Vida”, donde el detonante de la historia es la apuesta de dos deidades sobre el destino de tres mortales. El Juicio de Paris es otro reflejo del capricho divino sobre las almas humanas, al considerarnos una simple extensión para su entretenimiento o planes, como objetos o juguetes.

Pero ¿por qué consideramos que los dioses se comportan así? Según los fundamentos sobre los cuales reposan nuestras ideas de la divinidad, efectivamente estos no necesitan sentir amor o compasión, odio o ira, miedo o angustia. Esto trae consigo a su vez que no necesiten nada de nosotros en forma teórica, ni les despertemos el menor sentido de importancia.

Funciona casi como una contradicción, donde nos creemos tan importantes para que se preocupen por nosotros, pero no lo suficientes como para que sientan algo hacia nuestra existencia. La explicación podría reposar en la clara humanización de las deidades, donde construimos sus figuras con base en nuestro sentir y las ideas que establecemos sobre lo que ha de ser divino, buscando a través de estas dar un sentido y relevancia a nuestro accionar en el mundo.

Analizando detenidamente la canción, podemos detectar dicha actitud de los dioses en cada estrofa; y a través de ella podemos ver una oda a nuestra existencia, como un disfraz a nuestro comportamiento “divino” para con el resto de las formas de vida.

Iniciando la canción, uno de los dioses dice “mira cómo se arrastran sobre el suelo cual hormigas”, contestando la otra diosa “sí, pero mira cómo se fascinan confundiendo destino con lo que es casualidad”. La actitud de los dioses de la muerte en la estrofa es la que tomamos al observar un grupo de hormigas, tal cual lo describe el dios.

“¿Acaso no es gracioso?, ¿No es una pena?, pensar que en el cielo hay alguien a quien culpar. Sí, pero mientras culpan al destino por las vidas que llevan, esperan por las vidas que necesitan” siguen cantando los dioses en dueto antes del coro, reflejando a su paso no solo el interés creciente en tan curiosas criaturas terrenales, sino reafirmando pensamientos recurrentes sobre nuestro sentir de la vida. Así, la canción va avanzando con la misma tónica, despertando el interés y la curiosidad de los dos seres por nosotros.

Reflejando a su paso no solo el interés creciente en tan curiosas criaturas terrenales, sino reafirmando pensamientos recurrentes sobre nuestro sentir de la vida.

En la medida que los dos dioses cantan y describen nuestro comportamiento, mantienen su distancia al considerarnos inferiores a su existencia. El canto sobre el amor, el odio, el destino o la suerte; interpretaciones humanas tal cual lo muestran los dioses, terminan por ser una oda a nuestra existencia, reflejada en la decisión final de estos en entrometerse en el mundo terrenal.

Mientras, su actitud refleja nuestro comportamiento y sentir hacia las otras formas de vida o existencia que consideramos inferiores, tal cual hormigas que caminan y giran en círculos. Indiferentes a la vida de dichos seres, el mayor interés que nos suscitan son curiosidad, con algunos grados de empatía dependiendo del “dios” que lo observa. Así, con unas gotas de narcisismo, la canción “They’re only humans” es una obra sobre la naturaleza humana, junto a nuestros delirios de dioses ante la tierra y sus formas de vida.


Canción en la que se basa el artículo.



Sobre el autor

Santiago Ramírez Sáenz

Escritor

Politólogo en formación, con aspiraciones a futuro en antropología, filosofía y economía, entre las que se puedan aparecer en el camino. Gran apasionado de la ciencia y la tecnología, eje central de mi trabajo académico y mi proyecto de vida. Bachatero y salsero, aunque no lo parezca. Gran fanático del sueño interestelar y nerdo de nacimiento.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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