Política

América Latina: Entre el populismo y el nacionalismo

Tiempo estimado de lectura: 6 min
2022-11-08 por Dayanna Díaz

Si se quisiera pensar en Latinoamérica como una región unificada y homogénea sería difícil de hacer. Lo anterior, debido a que cada país tiene un grado de desarrollo y orientación política, lo que ocasiona un distanciamiento entre los países. Asimismo, muchos de los gobiernos locales deciden seguir una línea política e ideológica respondiendo más a la presión de Estados potencias; no obstante, también están aquellos gobiernos que históricamente se han intentado desligar de esta dependencia y han establecido líneas políticas autónomas.

En Latinoamérica se presentaron diferentes escenarios: 1) procesos independentistas que obligaron a la región mantener un rol dependiente político y económico; 2) después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estableció un rol hegemónico en la zona; 3) durante la Guerra Fría, toda decisión estatal fue determinada por la necesidad de mantener la seguridad en la región y en caso de cualquier incumplimiento conlleva sanciones económicas, las naciones eran aisladas o se gestaban golpes de Estado acompañados de dictaduras, con el objetivo de restaurar las democracias frágiles y las economías inestables.

Adicionalmente a estas dinámicas, se debe tener en cuenta la participación de actores subnacionales, quienes tuvieron un fuerte impacto en la medida que lograron sacar provecho y obtener beneficios ilegales como el caso del narcotráfico. Otros buscaron el cambio del estatus quo y para eso, se inclinaron por actitudes radicales y de resistencia, como en el caso de las guerrillas y paramilitares en Colombia, los contras en Nicaragua, el zapatismo en México o piqueteros en Argentina.

Durante la década de los cincuenta las economías latinoamericanas implementaron el modelo de desarrollo económico conocido como el despegue y se esperaba que, el sector siderúrgico y metalmecánico lograra gran avance. Sin embargo, solo tres países tenían un desarrollo medianamente importante: Brasil, Argentina y México. Si bien, actualmente las economías latinoamericanas se encuentran abiertas al mercado, no logran consolidar una economía estable que los lleve a alcanzar el estatus de países desarrollados; la región no tiene una participación en los procesos productivos de la economía global, en consecuencia, su participación económica se reduce una integración neocolonial

Populismo

Para algunos teóricos, el populismo es resultado de la inestabilidad institucional y democrática, a diferencia de aquellos países donde se respetan los procesos democráticos y se ha logrado una mediana estabilidad. Además, se debe pensar también el populismo como un régimen aislado de la izquierda. Pensar en populismo en América Latina exige reconocer que este concepto ha sufrido una serie de cambios más bien prácticos.

En primer lugar, está el “neopopulismo”, corriente que mantenía en pie algunos rasgos del populismo clásico, pero tenía una fuerte influencia del neoliberalismo. Se encuentra adicionalmente la nueva ola del populismo, que tuvo como objetivo retomar los viejos principios del populismo, borrar todo rastro del neoliberalismo en la región y generar una nueva relegitimación estatal, como consecuencia misma de los efectos causados por las luchas indigenistas y sociales que buscaban la construcción de una identidad social.

Esta diferenciación entre los populismos permite comprender que este concepto no puede ser entendido únicamente como un discurso ideológico, sino que hace referencia a procesos políticos. El discurso se refiere a la construcción de una tesis divisoria, es decir, es la materialización de una frontera dialéctica entre un amigo o nosotros (pueblo) y un enemigo o ellos, por otra parte, el proceso político tiene en cuenta la aparición violenta “plebeya”, que lograron “debilitar” la normatividad liberal, sumado a ello, surge un componente que también está presente en la democracia y es la soberanía popular

Estos factores, generan un fuerte debate y una problemática, ya que principalmente el populismo en visto como una especie de mal o una fuerza pujante que debilita la institucionalidad originada como la democracia, pero también puede ser comprendido como una forma en que las clases populares logran representación política, legitimación de formas de expresiones culturales que fueron excluidas por la misma oligarquía, y, por lo tanto, permite a la construcción de un carácter nacional.

Nacionalismo

Para algunos teóricos, el nacionalismo ha sido calificado al igual que el populismo de ser uno de los males que azotan la región; se le ha ligado al mercantilismo, proteccionismo y al fascismo. Esta perspectiva ha tomado más fuerza en los círculos académicos y políticos gracias a los resultados de la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, puede ser entendido como una forma falsa de construir una conciencia nacional y una forma de legitimación del poder. En el caso latinoamericano, se deben tener en cuenta algunos factores como la herencia colonial, que dio el nacimiento a un conjunto de vínculos postcoloniales y las economías mercantilistas que empujaron a los países a vivir una “nacionalización coercitiva”. Por otra parte, difiere completamente del proceso europeo, ya que este último centró su atención en la construcción de los Estado Nación y el lenguaje tuvo un rol determinante en la unificación ideológica

El nacionalismo ha pasado por una serie de etapas. Primeramente, se encuentra el nacionalismo anti feudal y demoliberal surgido como consecuencia de unos procesos revolucionarios e independientes entre 1830 y 1948. El segundo, es el nacionalismo imperialista, y se manifiesta de forma distinta en cada país, por ejemplo, en Estados Unidos se da con el destino manifiesto; en Alemania con la superioridad racial.

El tercero, con la agresión del imperialismo y la ruptura que se dio en el sistema internacional como consecuencia de las guerras mundiales, se forma un nacionalismo antiimperialista, que en la región se da como una forma de ligarse con valores ibéricos. El nacionalismo que se encuentra presente en América Latina tiene como elemento central “la cuestión social” y extiende sus raíces a la lucha por alcanzar derechos democráticos provenientes de diferentes revoluciones republicanas.

El nacionalismo latinoamericano de mediados del siglo XX dio a entender que la vulnerabilidad política y social, llevaban a la fragmentación y al sometimientos antes las grandes potencias, por otra parte, están quienes consideran que el nacionalismo es una fuerza latente, pero está en declive, claramente dicha visión se da a causa de la serie de fracasos de modernización y las herencias ineficientes ibéricas.



Sobre la autora

Dayanna Díaz

Escritora

Gestora bibliotecaria y politóloga. Apasionada por la filosofía política, la psicología social, política y secular, y las investigaciones de carácter económico. Amante de los gatos y una cerveza fría.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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