Política

Entre irreverencias y expropiaciones

Tiempo estimado de lectura: 3 min
2022-05-31 por Andrés Camacho

De nuevo, así como en el 2018, el Centro se quedó sin candidato para la segunda vuelta. Lo anterior, responde al desencanto con la clase política tradicional, donde las opciones que se presentan son: el mismo candidato de izquierda de hace 12 años y un outsider irreverente que recuerda a uno de los presidentes estadounidenses más polémicos de su historia.

El pasado 29 de mayo, los votantes se sorprendieron con la elección de Rodolfo Hernández como el aspirante a la presidencia que competirá con Petro. El candidato de la derecha tradicional, Federico Gutiérrez, quedó en tercer lugar. Algo que no se ha visto en la historia política de este siglo. Es la primera vez que un candidato apoyado por Álvaro Uribe no llega a la segunda vuelta.

Sin embargo, esto no significa que el uribismo se haya acabado, significa que los colombianos decidieron optar por un candidato que se desmarcó de los partidos políticos tradicionales. Durante meses, la coalición que apoyaba a Fico trabajó en conseguir que llenara plazas o que subiera en las encuestas. Pero su baja popularidad, el peso que genera la presidencia de Duque y las alianzas politiqueras de siempre, no se lo permitieron.

Los uribistas de sangre comenzaron a apoyar a Rodolfo en la segunda vuelta. Parece ser que la independencia política de su coalición se perderá. Al igual que ciertos políticos, como Claudia López, afirmaron que lo apoyarían si evita comprometer su plan de gobierno con aquellos que siempre han obtenido ministerios, y demás cargos públicos que se reparten entre colegas.

Por el contrario, esta es la segunda vuelta presidencial de Petro. Nunca antes había alcanzado tantos votos en la primera vuelta. No obstante, también representa parte de esa politiquería en sus alianzas con Armando Benedetti, Roy Barreras y Piedad Córdoba. Esa arrogancia puede llevarlo a perder las elecciones si no busca adeptos en los departamentos donde Rodolfo lo venció.

Como se puede observar en la imagen, el panorama entre el 2014 y el 2022 es muy parecido. En esta ocasión, ganó Juan Manuel Santos (naranja) y perdió Óscar Iván Zuluaga (azul). El apoyo de los departamentos en la costa le permite a Petro afirmar que rompió con las maquinarias típicas de los Char y sus aliados. Por otra parte, Rodolfo consiguió apoyo en aquellos territorios que eran estandarte de los partidos políticos de derecha colombiana, excepto en Antioquia, donde Fico obtuvo mayor votación.

De igual forma, en el plebiscito del 2016, el no (rojo) alcanzó la mayor votación en los mismos departamentos con los que Rodolfo llegó a la segunda vuelta. A excepción de Antioquia, donde Petro no obtiene una representación significativa. Así mismo, en las elecciones de 2018, Iván Duque no solo consiguió los tradicionales votos del centro del país, sino que logró aquellos votos del Valle del Cauca y la Costa Caribe con los cuales consiguió la presidencia.

Los partidos políticos tradicionales, y sus abanderados más importantes, han perdido el apoyo que hace unos años tenía a Colombia en una fragmentación política. En primer lugar, Rodolfo Hernández venció en los lugares donde Federico Gutiérrez debía de ganar, mientras que Petro consiguió acabar con la maquinaria política de la Costa Caribe.



Sobre el autor

Andrés Camacho

Director general

Cofundador de la Revista Cara & Sello. Politólogo o al menos eso dice el cartón que cuelga en mi pared. Amigo de la literatura y la música. Columnista semanal: escritor desde de lo cotidiano y lo marginal.



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