Política

¿Qué pasaría en Colombia si se enteraran que Rusia no es comunista?

Tiempo estimado de lectura: 4 min
2020-09-23 por Andrés Camacho

Para el mantenimiento del régimen venezolano es crucial el apoyo económico de Rusia. Sin embargo, algunos piensan que el gobierno de Vladimir Putin sigue el mismo régimen político que Venezuela. Es un error tan común, que hasta una senadora en Colombia afirmó que la Unión Soviética aún existía.

¿Qué pasaría si este sector político se enterara que Rusia no es comunista? ¿Seguirían viendo con ojos negativos a la actual Rusia después de esto? ¿Será que las personas de derecha ahora criticarían al gobierno ruso?

El sistema político ruso se encuentra directamente relacionado con La Iglesia ortodoxa. Por ejemplo, el Kremlin y el patriarca de La Iglesia son aliados para frenar el liberalismo occidental. Vladimir Putin se considera así mismo un fiel creyente y participa cada año en las ceremonias que la iglesia realiza.

Cuando la Unión Soviética se estableció, después de la Revolución Bolchevique, la religión fue prohibida en este territorio. En octubre de 1917 los bolcheviques establecieron un Estado ateo y marxista, donde cerraron cientos de templos, expropiaron los objetos de valor de La Iglesia, entre otros. Fue hasta 1988 que la perestroika, entre otras reformas que democratizaron a Rusia, permitió una celebración nacional para conmemorar un milenio de cristianismo en el país.

En la actualidad, la relación entre Putin y el Estado recuerda más que nunca al papel que jugaba el Zar: la unificación del Estado. Además, Putin ha realizado una serie de reformas que le permitirán seguir en el país por al menos dos sexenios más. De igual forma, elimina cada uno de sus competidores asegurando que el presidente tiene que haber vivido los 25 años anteriores a la elección, en Rusia. La autocracia que pretende Putin no es otra cosa que la consolidación de un sistema zarista, cuya premisa siempre será: Je suis l'État.

Por otra parte, la sociedad rusa representa el deseo de muchos colombianos de derecha, donde la religión hace parte de su sistema educativo y familiar. La homosexualidad y algunas pretensiones feministas son ilegales. El partido de gobierno, por medio de algunos miembros de la Asamblea General Rusa, hace ilegal que las parejas del mismo sexo adopten menores de edad, el paraíso para muchos colombianos de derecha.

De modo similar, en Colombia, la necesidad de un gobierno fuerte que tuviera presente su moral y sus valores cristianos, era el clamor de cierta parte de la oposición en el gobierno pasado. Hubo toda una controversia por algunas cartillas donde el Ministerio de Educación explicó la diferencia entre la población homosexual, heterosexual y bisexual. Este tipo de escándalos no hubieran sucedido, si el presidente fuera una persona intransigente, que no sucumbiera ante las nuevas modas surgidas en otros países.

A pesar de las diferencias entre el régimen venezolano y Rusia, existen algunos pensamientos similares referidos al papel que juega Estados Unidos en el mundo. Nicolás Maduro asegura que la crisis en Venezuela es producto de los constantes bloqueos hechos por Estados Unidos, mientras que Rusia, mediante el diario llamado Rusia Today “RT”, expone hechos que demuestran la poca moral que presenta Estados Unidos en su papel como policía del mundo.

De igual forma, en Colombia aún existen personas, al menos en las sombras, que apoyan al régimen venezolano. No obstante, parece una paradoja que respalden un país como Venezuela, sabiendo que este régimen sobrevive por medio de un gobierno claramente conservador.

Satanizar a Rusia por ser el país que más apoya a Venezuela, es un contrasentido al creer que funciona bajo el mismo régimen político. Las razones geopolíticas para la asistencia socioeconómica y médica radican en la importancia de Venezuela para Sudamérica y el Caribe. Con estas acciones, Rusia pretende reducir la hegemonía de Estados Unidos en la región, es decir, le pone una piedra en el zapato en su propio patio trasero. Sin embargo, Rusia representa la sociedad que esperan muchos colombianos, donde se respeta la unidad familiar conformada por padre-madre-hijos, los divorcios no son una opción, y La Iglesia proporciona la moral de sus habitantes.



Sobre el autor

Andrés Camacho

Director General

Cofundador de la Revista Cara & Sello. Politólogo o al menos eso dice el cartón que cuelga en mi pared. Amigo de la literatura y la música. Columnista semanal: escritor desde de lo cotidiano y lo marginal.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



Cargando comentarios...
Scroll to Top