Sociedad

Esclavitud moderna en la industria textil

Tiempo estimado de lectura: 7 min
2022-10-21 por Dayanna Díaz

Hablar de esclavitud moderna no es algo sencillo de hacer, ya que no está definida por la legislación internacional, sin embargo, la ONU, la OIT y la Fundación Walk Free conciben que dicho fenómeno se presenta de dos formas: 1) el trabajo forzoso; 2) matrimonios forzosos. Es menester, hacer la aclaración que, por falta de información y disposición de las autoridades locales para crear estrategias de prevención, los datos no son del todo verídicos, por ello, se debe tener precaución en su interpretación, adicionalmente, no es posible determinar si la esclavitud ha aumentado o disminuido con el paso del tiempo, ya que parte de los datos se obtuvieron de fuentes secundarias.

De acuerdo con las estimaciones de la OIT y Walk Free solo para el 2016 un aproximado de 40 millones de personas se encontraban en condición de esclavitud, asimismo, de esa cifra general, se cree que aproximadamente 25 millones de personas fueron coaccionadas para trabajar como empleadas domésticas, obreros en el sector de la construcción, sector agrícola, empresas clandestinas, buques pesqueros y sector textil. Por otra parte, todas las regiones se vieron afectadas por este fenómeno, pero Asia fue la región que más registró trabajo forzoso (4 de cada 1.000 personas fueron víctimas); 16 millones de personas fueron explotadas laboralmente por empresas del sector privado, las mujeres y niños son más propensos a sufrir de estos vejámenes.

El trabajo forzado y la industria textil

Con la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, la ONU buscó impulsar que las condiciones de trabajo fueran dignas y que, con ello, tuviese una fuerte relación con el concepto de libertad individual. Desde 1930, la OIT declaró que el trabajo forzoso ha sido entendido como todo trabajo al que se ve sometido un individuo de forma involuntaria y durante 1999 afirmó que todo trabajo decente se enmarca en el respeto y garantía de los derechos fundamentales, la libertad sindical, derecho a la negociación colectiva, abolición del trabajo infantil y eliminación de toda forma de discriminación en el entorno laboral.

Actualmente, el trabajo forzado es considerado como una práctica arcaica y, por lo tanto, se considera que ya no tiene aplicabilidad en el actual contexto. Adicionalmente, cuando se hace una comparación entre lo arcaico y lo moderno, se llegan a una serie de dualidades conceptuales como civilizado y no civilizado, lo desarrollado y no desarrollado, progreso y atraso. Dichas dualidades son usadas actualmente como una forma de ignorar y mantener ocultas dinámicas neo-esclavistas, por otra parte, a este fenómeno moderno se le debe estudiar a profundidad para reconocer como se desenvuelve en cada contexto socioeconómico y qué factores lo diferencian de la esclavitud colonial.

Primeramente, las condiciones de trabajo han tenido grandes cambios a lo largo de la historia, sin embargo, la condición de esclavitud y trabajo forzoso debe ser analizada como una herencia colonial: 1) los desfavorecidos accedían a condiciones inhumanas de trabajo y de ese modo podían acceder al mercado; 2) la apropiación ilegítima de tierras y fuente de sustento comunal transformaron el trabajo colectivo en una labor minúscula que le correspondía a un grupo reducido de individuos denominados con el tiempo como mano de obra; 3) desde la teología, la esclavitud no está en contra del derecho natural, sin embargo, dicha actividad abre camino al abuso, hecho que va en contra de toda dignidad cristiana, por ello, fue menester regularla, con la finalidad de aportar a la evolución de la sociedad capitalista.

Para continuar, se debe aclarar que si bien, la esclavitud moderna es una herencia colonial, no se puede reducir únicamente a ese factor, ya que sé al ser estudiada tal dinámica económica y social, entonces se caería en el error pragmático de justificar toda forma de explotación en la medida que se establece como primera causal de tales acciones la pobreza y el poco desarrollo en algunos países y, por tanto, se desarrollarían prácticas deshumanizantes. La esclavitud moderna se puede materializar en: 1) trabajo en condición de servidumbre, es decir, todo trabajo se desarrolla en empresas o fábricas legales, pero las labores se dan en condiciones de pobreza extrema y coacción; 2) esclavitud infantil, se da en cualquier sistema de producción y las causas de este fenómeno son la marginación social, poca presencia del Estado, pobreza extrema, baja escolaridad, negligencia por parte de los padres y endeudamiento contraído por algún miembro de la familia, hecho que empuja a los jóvenes a saldar las deudas adquiridas.

Explotación en la industria textil

Las grandes empresas textiles con el paso del tiempo y con el objetivo de reducir costos de producción y aumentar sus ganancias, han optado por la deslocalización en países en vía de desarrollo. Entre las regiones más codiciadas por esta industria es Asia, ya que las condiciones laborales son laxas y cuentan con poca o nula regulación estatal, los salarios están entre los más bajos del mundo y la mayoría de los trabajadores en este sector económico son mujeres y niñas, esto es un claro beneficio para estas grandes marcas, porque obtienen mayor rentabilidad. En países como India y Bangladesh los turnos laborales son de más de 12 horas y los salarios mensuales son de 78 euros, adicionalmente, en China, las condiciones son más deprimentes; tanto niñas como adolescentes trabajan sin contrato por más de 72 horas a la semana, al día ganan 0,88 euros (lo que significa que al mes ganan 26 euros) y solo pueden disponer del dinero pasados 3 a 5 años. Entre las empresas involucradas en esto se encuentran: Inditex, Corte Inglés, Primark, Timberland, H & M, Diesel, Gap y C&A.

La confección de las prendas es la etapa de la producción donde más se presentan situaciones irregulares por la poca presencia estatal y las pocas estrategias implementadas por parte de las empresas para mejorar las condiciones laborales, esto, incide considerablemente en el aumento de trabajo no registrado. Ahora bien, el trabajo esclavo es la forma de explotación más extendida en el sector textil y estos casos están focalizados en algunos países, como se dijo anteriormente. Por otra parte, el fortalecimiento de este tipo de trabajo se da gracias al fenómeno social, económico, político y tecnológico denominado como globalización. Con la denominada “moda rápida” las multinacionales se ven en la obligación de responder ante la demanda y reducir los costos, en consecuencia, se deben generar cambios en los factores de producción y estos cambios influyen en las condiciones laborales de los trabajadores que en su mayoría están conformados por mujeres, niñas e inmigrantes reclutados por trata de personas.

Conclusiones

La esclavitud y/o trabajo forzoso es un fenómeno que, si bien era considerado como un evento aislado de las sociedades civilizadas y desarrolladas, se debe tener en cuenta que se ha mantenido como un hecho social y económico oculto, ya que esta condición se da en empresas e industrias legales, que han logrado evadir controles por parte de las autoridades nacionales e internacionales. Como pudo plasmarse, la explotación en la industria textil se da con más facilidad, porque las condiciones legales, sociales y económicos son propicios para que poblaciones históricamente vulnerables como las mujeres, niños e inmigrantes sean blanco de estos vejámenes. Los países en que se concentran las empresas de estas multinacionales no obtienen grandes beneficios económicos, son, en cambio, estas empresas quienes logran reducir sus costes de producción y aumentar la productividad por las extensas horas de trabajo a las que se enfrentan los empleados, asimismo, reducen costos en los pagos de los salarios, ya que en los países asiáticos se caracterizan por tener los salarios más bajos del mundo.



Sobre la autora

Dayanna Díaz

Escritora

Gestora bibliotecaria y politóloga. Apasionada por la filosofía política, la psicología social, política y secular, y las investigaciones de carácter económico. Amante de los gatos y una cerveza fría.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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