⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐✭✩ - 8.5/10
Jane Campion se te va a meter en los nervios y te pondrá a meditar en este excelente, pero a cierto nivel indescifrable, western psicológico.

The Power of the Dog (TPD) es una película western de drama psicológico escrita y dirigida por Jane Campion (JC) y protagonizada por Benedict Cumberbatch (BC) junto a Kirsten Dunst (KD), Jesse Plemons y Kodi Smit-McPhee (KSM) en roles secundarios. Basada en la novela homónima de Thomas Savage, la historia sigue a Phil Burbank, un ranchero tanto temido como respetado, quien atormenta a su nueva cuñada, al igual que al hijo de esta, hasta que sus más profundos secretos empiezan a salir a la luz. Contemplativa y bastante meditativa, esta es una película que te llevará por rutas donde crees saber el destino, pero termina agarrándote desprevenido. Esto último es lo que más resalto, además de las actuaciones, dirección, música y diseño de producción. JC montó una trama lenta y llena de giros inesperados donde el descifrar el trasfondo será la mayor de las recompensas, al igual que puede ser el mayor reto, o tormento como los que infringe nuestro carismático y enigmático protagonista.

JC se da a conocer como una autora con bastante talento. Ya sea en interiores, donde la luz y sombras nos dan ese tono sombrío similar a la mente de Phil y otro personaje clave, o en exteriores, donde los hermosos paisajes cobran vida y nos hacen sentir esa pequeñez en el todo, la dirección junto a la cinematografía de Ari Wegner se encuentran en perfecta armonía para transmitir aislamiento, soledad y represión. Sentimientos tenebrosos que penetran aún más gracias a la música de Jonny Greenwood, la cual gracias a sus sonidos de cuerdas (y ocasional piano) te hacen saborear más fuerte los momentos de melancolía y sufrimiento, agregando igual un tono de incertidumbre en los momentos clave. Incertidumbre es un sentimiento que tuve a lo largo de la película, porque en verdad te lleva por rutas misteriosas y logra sorprenderte. Lograr eso sin una revelación absurda o bastante obvia es motivo de aplausos. No solo eso, sino también las actuaciones son motivo de elogios. KD demuestra tener el poder dramático, BC una vez más nos enseña de lo que es capaz, pero KSM es la salsa del taco entre todas las actuaciones. En la rama de los personajes peculiares, macabros y con dosis de manierismos se encuentra Peter, quien KSM interpreta con lo justo y necesario, convirtiéndose en una actuación tan simple que te olvidas de que es justamente eso. Calculador, meticuloso y raro, excelente personaje y excelentísima actuación.

TPD es una película de ejercicio mental, por lo que el mismo reto durante y después de esta es sacar tus propias conclusiones e interpretación; como dirían en México, cada uno tiene vela en el entierro. “El poder del perro”, referencia al significado de este animal en la biblia: naturaleza autodestructiva. Un animal que cuando se deja llevar por su propio instinto lleva miseria a sí mismo como a lo que lo rodea. Es el eje central de la trama, donde los secretos y comportamiento de Phil llevan a que lo inevitable termine sucediendo, igual que la ley de Murphy actuando en una película de los hermanos Coen. TPD es una exploración de lo tormentoso que puede ser el instinto humano y como este se expresa en temas como el amor, celos, resentimiento, represión, sexualidad y dolor.

El mismo hecho de que sea un ejercicio mental, hace que no sea del gusto de todos, particularmente para aquellos que prefieren algo sencillo. La primera mitad igual se siente como la larga agonía de los hechos que se muestran, ya que es lenta y de mucha contemplación. Por lo mismo, disfrutar del reto y el ritmo que tiene TPD te llevará por un camino de interesantes sorpresas que no se encuentran fácilmente en cualquier película.

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