Conozco al hombre que se sienta donde estoy
Sé cómo se oye cuando respira
Sé lo que hay dentro de él cuando cambia su mirada
Lo que lee, lo que sabe, lo que piensa
Lo que siente
Sé lo que oculta, y con él, yo lo oculto
Me dice cada vez que miente
Y cuando sus palabras fueron certeza
Cuando su corazón fue de hierro
Y cuando se deshizo en mil pedazos
Sé cuando la ira lo consume
Y cuando la tempestad en su interior se calma
Me dijo que se ha roto
Que una vez le dijeron que los hombres no lloran
Pero aun así lo hizo
Que hubo ríos en su rostro
Y se dio cuenta que dieron vida al desierto seco que había en su interior
Y con el tiempo supo armar el rompecabezas de su vida
Conozco los demonios que lleva adentro
Me cuenta cuando lo atormentan
Que lo tientan y le hablan al oído
Que a veces sucumbe y ellos se ríen
Luego, a veces se van
Aunque a veces también se quedan a mirar
Y a veces esperan, para luego dejar de callar
Buscan en sus recuerdos y los vuelven dagas
Cortan lenta y dolorosamente
Y con otra lágrima en el rostro, solo me dice que esperará
Y espera pacientemente, entre dolores, hasta que se va
Da unos pasos y sirve un café caliente
Lo acompaña entre sorbos mientras respira
Y a veces mira por la ventana
Mira las gotas caer mientras empapan el vidrio
Y al terminar, saca un papel y se pone a escribir