Sociedad

Cuando decidí encontrar mi libertad financiera

Tiempo estimado de lectura: 6 min
2021-07-29 por Andrés Camacho

Muchos hemos recibido mensajes por redes sociales, donde desconocidos o amigos, nos invitan a conocer sobre un proyecto en el cual están involucrados. A principios de este año, recibí la solicitud de amistad en Facebook de un tipo que parecía también estudiar en la Universidad de la cual me gradué: teníamos muchos compañeros y profesores como amigos en común. Acepté la invitación y a los pocos minutos, recibí un mensaje donde me aseguró que conseguiría la libertad financiera en poco tiempo, solo sí seguía unos simples pasos. Cuando supe que trataba de convencerme para dar dinero, dejé de responder.

Pasaron cuatro meses y volví a recibir un mensaje. Pero antes noté que sus publicaciones demostraban un estilo de vida que una persona de nuestra edad, y en condiciones económicas normales, no tendría. Mostró fotos con carros deportivos que aseguraba le pertenecían. Afirmaba que cada fin de semana viajaba a un lugar diferente de Colombia y siempre subía fotos en los restaurantes más caros de Bogotá. Pensé que algo debía de tener ese negocio que le permitiera, si era cierto, poder acceder a esos lujos.

Fui escéptico, pensé que, en un negocio tan lucrativo, no estarían buscando personas para incluirlas en él: la plata nunca la regalan. Pero acepté la reunión a un foro, donde me explicarían más sobre cómo generaban ingresos, y alcanzaban la, tan esperada, libertad financiera. Pagué 20 mil pesos, para asistir a la primera charla que duró cuatro horas. Comenzó con las palabras de quien parece ser el líder de la empresa para Latinoamérica, un mexicano que afirmaba vivir en Medellín, pero estaba hospedado en un hotel. Luego de que él hablara y demostrara con su celular, relojes y ropa que tenía el estilo de vida de un millonario, las dos horas siguientes las dedicaron a que muchas personas hablaran de la experiencia que han tenido en la empresa.

Fueron dos horas de personas hablando sobre cómo comenzaron: sin trabajo o con uno miserable, viviendo en la casa de sus padres, andando en bus y bicicleta. Sin poder invitar a sus parejas a una buena cena, sin disfrutar de la vida y el dinero que ganan realmente. Después de esto, me explicaron que nuestro trabajo sería contactar personas en redes sociales para ofrecerles bebidas energizantes que también los harían bajar de peso. La estrategia se enfoca en buscar perfiles de quienes les gusta cuidar su salud o prefieran bajar de peso rápidamente.

Por cada paquete de bebidas que una persona venda, obtiene como ganancia el 30% del valor del producto. Sin embargo, si logra invitar a más personas a ser vendedores, podría subir hasta el 70% de ganancias de este y obtener un 20% extra de las ganancias de cada persona a las que incluya en el proyecto. Es decir, no se resta ganancia a las personas entrantes, sino que la empresa realiza un aporte al líder de equipo. Es así como muchos líderes ya no deben realizar la venta de las bebidas, sino que se dedican a recibir las ganancias de sus equipos y a llamar la atención de jóvenes que quieren comenzar en este negocio.

Al final de la reunión, me pidieron asistir a otro encuentro el domingo, al medio día. Me aseguraron que no todos asistirían, que solo los que realmente estaban interesados en el proyecto lo harían. Sin embargo, cerca de 500 personas estaban conmigo allí. Por fin llegó el momento en que me pedirían dinero, debía comprar al menos 1500 dólares del producto para así yo revenderlo presencialmente. Además, debía pagar 50 dólares para poder vender el producto de forma remota, a través de una plataforma de distribución y pagos que, según ellos, desarrollaron para este producto.

Entendí que me estaba involucrando en una empresa que llaman Multinivel, cada uno posee un rango y recibe cierta cantidad de dinero, debido a que administra un equipo que crece constantemente. La inversión es considerable y se lo confesé a el que sería líder de mi equipo, el mismo que me contactó en un principio. Me comentó que no era necesario hacer el pago completo, con cierta parte de las ganancias podría hacerlo. Si quería más información sobre esto, lo ideal sería conocer las oficinas en Bogotá.

Me citó por los lados de chapinero, cerca de la iglesia de Lourdes, era un salón con mesas alargadas y sillas baratas. Como unas veinte personas reían y se agrupaban en varios computadores, como cualquier trabajo normal. Comenzó una charla motivacional para el resto del día: había que hacer los dólares suficientes para ganarse la vida que siempre hemos soñado. Luchamos por nuestros padres, hijos y hermanos, para lograr los sueños de cada uno de ellos.

Me presentaron un par de muchachos que afirmaban ganar 600 dólares a la semana. Les pregunté por el pago de los 1500 dólares, pero me aseguraron que no era necesario hacer el pago antes de entrar, puede hacerse a través del tiempo, sin antes firmar un compromiso con la empresa. Eso sí, debía pagar los 50 dólares para usar la plataforma de pagos.

Así mismo, me explicaron que debía crear varios perfiles de Facebook. Debía inventar un perfil donde pudiera mostrar un estilo de vida que motivara a mis amigos a entrar en el proyecto. Cada semana debía realizar una publicación, fuera real o no, sobre cómo mi libertad financiera me permitía el estilo de vida que siempre quise. Me aseguraron que podría usar fotos de viajes anteriores, que no importaba publicar esto, debido a que pronto podría volver a esos destinos. De igual forma, en el segundo perfil debía contactar los posibles clientes para lograr el mayor número de ventas posibles.

No firmé el contrato que me ofrecieron, trataron de convencerme de muchas maneras, me mostraron sus cuentas bancarias, pero no era el lugar para mí. Salí de allí pensando que muchos jóvenes tienen la necesidad de involucrarse en este tipo de empresas debido a que no logran conseguir un empleo formal. El muchacho que me contactó efectivamente estudió dos semestres de derecho, pero sus posibilidades económicas no le permitieron continuar. Buscar diversas formas de obtener recursos, es su única posibilidad.

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Podcast

Conversando con el sello

T1 E9 - Cuando decidí encontrar mi libertad financiera
- Andrés Camacho

Muchos jóvenes han caído en las empresas multinivel como una solución a la falta de empleo y oportunidades en el mercado laboral. Pero la plata fácil... no existe. ¿Qué nos queda por aprender de esto? Que si nos animamos a emprender, saldrá algo positivo de ello.
[Escuchar episodio...]

2021-08-14 por Sara Juyo Morera y Juan David Díaz Molina un producto Cara & Sello



Sobre el autor

Andrés Camacho

Director General

Cofundador de la Revista Cara & Sello. Politólogo o al menos eso dice el cartón que cuelga en mi pared. Amigo de la literatura y la música. Columnista semanal: escritor desde de lo cotidiano y lo marginal.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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