Sociedad

El día perfecto para morir

Tiempo estimado de lectura: 5 min
2020-12-17 por Laura Ventura

El pasado 25 de noviembre fue una fecha para recordar, el que para muchos ha sido el peor de los años, se le sumó la muerte de un ídolo, de los más grandes del fútbol. Claro, para mí fue un golpe fuerte, mis primeras palabras fueron: “¡¿Cómo puede ser? Él no podía morir, era eterno!” Sí, quizá sea eterno y se le recuerde por un tiempo inimaginable. Una gloria para varias generaciones, en dónde me incluyo, fanática y jugadora del balompié por un buen par de años, dónde jamás hizo falta la motivación en la voz y las palabras de Maradona, donde el referente era él junto a los más grandes del deporte. El diez incansable, quien siempre daba de qué hablar, quien siempre tenía que opinar, y sobre qué alzar la voz cuando aparecían los desaciertos de la gran Argentina.

Leí un sinfín de comentarios sobre el ídolo, sobre el que fue vuelto religión por el maradonismo, el Dios hecho hombre. A partir de lo que me permití reflexionar ¿A cuál Dios estamos adorando? Quizá lo único de admirar son sus años de gloria en el deporte, cuando estaba sobrio y en sus pies se encontraban 90 minutos de juego por delante. Un país como Argentina y un continente como el americano, apasionado por el fútbol, no podía hacer a un lado al talentoso Diego, incluso muchos soñábamos con ser el 10 dentro de la cancha. Pero nada más que envidiar y ojalá nada más que igualar, diferente a su zurda prodigiosa, un hombre abusador en todos los sentidos, de su fama y dinero, de su posición como el astro del fútbol, de su influencia en los ámbitos sociales e incluso políticos y claramente, abusador de las drogas, del sexo y de las mujeres.

Por supuesto, no es un secreto para nadie sus excesos, en varias ocasiones decidió aparecer en público drogado, haciendo comentarios pasados de tono, incluso sin estar muy consciente de lo que estaba hablando o diciendo, siendo blanco de críticas y quizá no el mejor ejemplo para las generaciones más jóvenes que lo veían como un referente a seguir. Descontrolado y desmedido gracias a su consumo habitual de drogas, que le quitaron la posibilidad de ser mejor de lo que fue , según cuenta él, pero se entregó con devoción a los vicios y a la búsqueda de satisfacción por medio de las diferentes sustancias que consumía para aliviar sus enfermedades y males. Encarnó la gloria y el infierno, existía en un ser de 1 metro y 65 centímetros dos personajes completamente diferentes.

Además de ello, abusos a las mujeres, acusado de pedofilia, violaciones y maltratos, llevando a cuesta una vida pública que violentaba a muchas. Denunciado por sus exparejas sentimentales y por una cantidad considerable de amoríos que tuvo, a causa de maltratos físicos, sexuales y verbales. Fotografías, videos virales y declaraciones, daban cuenta de sus desmanes en las relaciones sentimentales y de sus desenfrenos con jóvenes con quienes estuvo involucrado y relaciones que dejaron cicatrices en muchas personas, por los abusos de Maradona. Medios de comunicación, amigos, personas cercanas y sus mismos representantes, cuentan cómo se comportaba en la intimidad y qué tipos de mujeres solía usar como consumo, cómo abusaba de ellas y de qué manera lograba manipular los procesos a su acomodo para evitar rendir cuentas sobre las denuncias por sus actos abusivos y misóginos. Igualmente, se habla de 11 hijos con mujeres diferentes, con aventuras de una noche o hijos producto de violaciones, algunos de los cuales fueron negados durante años, incluso despreciados en público.

Por el hecho de ser un ídolo, no debería restarle la trascendencia y la responsabilidad de vulnerar a aquellas mujeres que se atravesaron en su camino...

Por ende, es trascendente que su muerte se haya presentado en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pues un hombre machista, misógino y sexista, alabado de manera exacerbada fallece en el día de la reivindicación de los derechos y de las libertades de las mujeres en el mundo; dejando entrever, que precisamente este día salieron a la luz los casos de abuso, de violencia y acoso por parte del más grande de Argentina, de aquel que representa la unión de un país futbolero, pero que nos hace olvidar que miles de mujeres son vulneradas por este tipo de hombres y que por el hecho de ser un ídolo, no debería restarle la trascendencia y la responsabilidad de vulnerar a aquellas mujeres que se atravesaron en su camino o que él atravesó con sus impulsos retrógrados y sexistas.

Casi poético leí que parecía esta paradoja, un día y un recuerdo eterno para el mundo, una ganancia más para las mujeres, para que se puedan visibilizar los atropellos que a diario cometen contra nosotras. El día perfecto para morir, para que sea recordado en sus glorias y en sus atrocidades, la vida en un perfecto balance. No podía existir una mejor ocasión para alabar al dios y castigar al verdugo.

Finalmente, quiero mencionar que escribo este artículo, con el fin de pensar y analizar las figuras que exaltamos a diario, como mencioné en un principio, soy fanática del Maradona que con su excelencia hacía gritar a la tribuna y hacía llorar a un país entero por sus goles, la unión de un pueblo. Sin embargo, como mujer condeno y detesto aquellos actos que nos vulneren y que se cometan a manos de alguien que abusa de su poder, de su posición social o de cualquier ventaja sobre otras personas. Concluyendo con la sororidad de Paula Dapena, una jugadora gallega que rechazó participar en el minuto de silencio a Diego Armando Maradona antes de jugar un partido, sentándose en el piso de espalda a sus compañeras, explicando de manera certera su acción: “Por las víctimas no se guardó un minuto silencio y no estoy dispuesta a guardar un minuto silencio por un maltratador y no por las víctimas”.

De esta manera reflexiono con sus palabras “Para ser jugador, hay que ser primero persona y tener unos valores más allá de las habilidades”, pensando que estuve idolatrando a un ser que representa todo aquello que como mujer rechazo, y que así haya sido educada con su filosofía de juego e inspirada en muchas ocasiones por él, se deben tener ciertas virtudes que hagan crecer a las personas en nuestro alrededor y no minimizarlas, humillarlas o rebajarlas solo por tener la habilidad en un deporte que nos hincha el corazón.



Sobre la autora

Laura Ventura

Editora, Escritora

Escritora por gusto y pasión; me gusta pensar que alguien puede identificarse en mi escribir. Feminista en busca de respuestas, de entendimiento de la realidad social, especialmente del papel que juego allí. Hablando sobre la delgada línea que separa la cara del sello.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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