Sociedad

¿Y mi orgasmo?

Tiempo estimado de lectura: 8 min
2020-10-22 por Laura Ventura

El pasado 8 de agosto, tuvo lugar el Día Internacional del Orgasmo Femenino, del cual no se tiene mucha información y no es por general, un tema que genere gran comodidad sentarse en un café a hablarlo. Sin embargo, cuando se habla de un orgasmo femenino se hace referencia a un sin número de contracciones continuas que generan placer en el cuerpo, en especial en los diferentes músculos pélvicos.

Resulta interesante, que haya sido un hombre quien declarara este momento femenino, como un día internacional. Motivado por una encuesta realizada por la Universidad Federal de Piauí en Brasil, la cual mencionaba que el 28% de las mujeres de Esperantina (región brasileña) no lograban alcanzar y tener un orgasmo. Situación que resulta conflictiva de asimilar, ya que las principales razones para no lograr un orgasmo, son la falta de conocimiento de las mujeres sobre su cuerpo, la falta de educación sobre la sexualidad femenina y el mayor interés de los medios por hablar acerca del placer masculino.

Así es, como muchas mujeres son incapaces de experimentar el placer de un orgasmo, y esto no se genera solo por las razones mencionadas anteriormente sobre la educación sexual, sino porque a muchas se les ha quitado este derecho. Claramente, el orgasmo se encuentra dentro de los derechos sexuales y reproductivos, los que han sido violados por décadas, más aún, por comunidades que lo ven como impuro y han tratado de impedirlo en las mujeres. Es entonces, que cabe hablar acerca de la ablación o mutilación genital femenina, procedimiento que se realiza en cerca de 30 países en el mundo.

A través de este, se mutilan, se cosen o se lesionan los órganos genitales femeninos, sin aportar ningún beneficio a la salud y sí deteriorando la misma, generando graves daños a las mujeres a las cuales se le practica. Puede causar hemorragias, problemas urinarios, problemas a la hora del parto, quitar el placer en las relaciones sexuales, infecciones y enfermedades en el sistema reproductor femenino y un sinfín de consecuencias. Según la OMS, en el mundo, más de 200 millones de mujeres han sido víctimas de la mutilación genital femenina, siendo practicada en regiones de África, Asia y en Colombia (único país americano, en el que existe esta práctica), siendo considerado como un problema mundial. Igualmente, de forma anual, más de tres millones de mujeres pueden ser víctimas de esta mutilación, sin embargo, organizaciones y grupos de personas pertenecientes a estas comunidades, trabajan para evitar y castigar esta práctica.

Los motivos para realizar este procedimiento han carecido de fundamento alguno, aunque concuerdan en una cantidad de razones y factores socioculturales asociados a las tradiciones familiares. Es común que se crea que la mujer mutilada es más pura y que asimismo le es más fácil conseguir pareja y casarse, incluso es un mecanismo que evita la infidelidad después del matrimonio, ya que el apetito sexual se ve disminuido y no le es posible experimentar excitación en la zona genital. Además, tener relaciones extramatrimoniales implica en muchos casos, volver a coser la abertura vaginal para que la infidelidad no se descubra, el miedo a sentir este dolor nuevamente, da fuerza a estas creencias. También es considerada una forma de preservar la virginidad hasta el momento del matrimonio y así mantener una conducta femenina adecuada, sumado a esto, el clítoris es considerado impuro por lo que debe ser extirpado de las mujeres. Adicional a ello, las parteras mantienen esta tradición y le llaman a este procedimiento “curación” y lo realizan a las niñas poco después de nacer, rara vez en edades cercanas a la adultez.

Es común que se crea que la mujer mutilada es más pura y que asimismo le es más fácil conseguir pareja y casarse...

En Colombia, se visibilizó esta práctica a partir del año 2007 luego de la muerte de una recién nacida Emberá Chamí, que había sido sujeto de ablación, lo que generó controversia y despertó en muchas mujeres de esta comunidad cuestionamientos frente a esta tradición, que como se mencionó anteriormente, carece de fundamentos para su continuidad. Por otro lado, el acceso restringido al sistema de salud, genera al año complicaciones para las niñas y jóvenes que son víctimas de este procedimiento, incluso la muerte de muchas de ellas. Sin embargo, las cifras son inciertas ya que el gobierno no cuenta con la manera de acceder a la información total de afectadas por parte de esta comunidad. Aunque según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA - Colombia, tres o cuatro niñas Emberá Chamí mueren al año por esta práctica e incluso dos de cada tres mujeres Emberá han sufrido esta mutilación.

Esta situación, aunque ha bajado su nivel de incidencia en el mundo, aún se encuentra presente en muchas comunidades y ha despertado claramente, el interés de sectores y ayudas internacionales que buscan erradicar estael conocimiento y respeto por el cuerpo de las mujeres es necesario para identificarse en una sociedad práctica. Naciones Unidas junto a diferentes Gobiernos ha intentado acercarse a esta situación sin mucho éxito, sin embargo, difundir y generar información frente a este tema, ha hecho que se genere un movimiento interno en las muchas comunidades con esta tradición, donde ahora madres, abuelas y parteras se niegan a que a sus hijas se les practique esta mutilación y a practicarla.

Incluso en Colombia, las mujeres Emberá han encontrado un camino para estar presentes en la esfera pública, tomando decisiones dentro y fuera de la comunidad, tanto así, que en Risaralda se prohibió y se multa a quien realice esta práctica gracias al proyecto “Emberá Wera” (mujer Emberá) en cabeza de integrantes de la comunidad que trabajan con el ICBF y con el UNFPA, que ha buscado reivindicar el papel de la mujer y la integridad física y psicológica de la misma. Permitiendo, que las niñas crezcan tal y como nacieron, que puedan experimentar placer en su vida sexual adulta y que su vida no corra riesgos. Teniendo claro que deben existir esfuerzos de grandes dimensiones para poder decir en algún punto, que esta práctica ya no existe.

Sin embargo, al ser prácticas socioculturales, tienen un trasfondo arraigado a tradiciones e intentar cambiarlas o eliminarlas, lleva inmerso un trabajo educativo, formativo, que permita entender las implicaciones de realizar a las mujeres un procedimiento como la ablación femenina. Lograr transformar la visión del mundo sobre el nacer mujer dentro de una comunidad y entender que por desconocimiento frente a la sexualidad, se ha afectado a gran cantidad de mujeres, por el hecho de serlo. Además, que en el mundo en general, se ha privado de un pleno conocimiento y goce del cuerpo de las mujeres, más allá de un tema netamente reproductivo.

Por esta razón, el Día Internacional del Orgasmo Femenino cobra importancia, pues el conocimiento y respeto por el cuerpo de las mujeres es necesario para identificarse en una sociedad, para normalizar, hablar y educar sexualmente a mujeres y hombres sobre el conocimiento de los cuerpos y el placer conjunto. Aunque lastimosamente, muchas mujeres a causa de la mutilación genital no pueden siquiera preguntarse ¿y mi orgasmo?, si es deseable que en un futuro, el porcentaje de mujeres que experimenta el éxtasis en una relación sexual fuera cercano al 100%, que las mujeres exploraran su cuerpo con mayor facilidad y que el placer masculino y femenino fueran abordados con la misma disposición, finalmente, que no se nos considerara impuras por nacer mujeres, mucho menos por buscar desear y disfrutar de nuestros cuerpos libremente.



Sobre la autora

Laura Ventura

Editora, Escritora

Escritora por gusto y pasión; me gusta pensar que alguien puede identificarse en mi escribir. Feminista en busca de respuestas, de entendimiento de la realidad social, especialmente del papel que juego allí. Hablando sobre la delgada línea que separa la cara del sello.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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