Política

Un derecho que nos pertenece #CorteVoteSí

Tiempo estimado de lectura: 9 min
2021-11-22 por Daniela Pedraza

Imagen de @14porcolombia

Para empezar a hablar de este tema, es importante que antes se mencionen ciertos aspectos como la definición del aborto y las cuestiones jurídicas que se relacionan con el mismo. El aborto, es entendido como la interrupción de forma natural o provocada del desarrollo del feto durante el embarazo. En nuestro país, se puede hablar sobre tres causales de despenalización del aborto según la Sentencia C-355 de 2006: la primera, cuando el embarazo constituya un peligro para la salud -entendida como bienestar físico y mental- o involucre un peligro para la vida de la mujer; la segunda, cuando exista alguna malformación grave del feto; y la tercera y última cuando el embarazo sea producto de una violación.

A pesar de contar con estas tres causales despenalizadas, no se puede desconocer que el solo hecho de que existan, limita nuestro derecho como mujeres a elegir y tomar decisiones sobre nuestro cuerpo y sobre la maternidad. Decisiones que se dejan en manos del sistema de salud, el sistema jurídico, el Estado y muchos otros actores involucrados diferentes a la mujer. Además, no se pueden desconocer las barreras que existen para el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo aún bajo las tres causales despenalizadas.

En nuestro país, como resulta común, muchas cosas no pasan del “deber ser”. En lo ideal, las mujeres en el ejercicio de nuestra autonomía deberíamos poder recibir información completa que permita que conozcamos todo lo que involucra los temas que se relacionan con métodos de anticoncepción, embarazos no deseados, IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), derechos sexuales y reproductivos, etc. Sin embargo, tampoco se puede ignorar que este acceso es diferenciado y responde en muchas ocasiones a condiciones socioeconómicas, pues es claro que no todas recibimos la misma educación para la sexualidad ni tenemos las mismas posibilidades de acceder a todo lo que involucra este tema. Todo lo anterior, de la mano de la garantía que nuestro sistema de salud y de educación no nos da para poder cubrir estas necesidades.

Hace un tiempo, escribí sobre la importancia que tiene que desde diferentes instituciones se toquen los temas relacionados con la sexualidad de cada persona, es claro que aún nos queda mucho camino por recorrer, y en cuanto al sistema de salud la realidad no es muy diferente. Para nadie es un secreto que nuestro sistema de salud es precario, y puedo afirmar que no permite un acceso oportuno, por ejemplo, a métodos de anticoncepción. Los tiempos de espera en una EPS para acceder a una cita de planificación familiar no son de menos de 6 meses. Sumado a esto, estando en la cita no se da una información completa ni veraz sobre lo que involucra cada método de planificación, como mucho y por la duración de la cita (20 minutos aproximadamente) solamente se le pide a la paciente elegir cuál método de planificación quiere usar y eso es todo.

Otra de las fallas existentes en el sistema de salud es que cuando se busca la interrupción del embarazo, aún bajo las causales despenalizadas, en muchas ocasiones los médicos se niegan a practicar a las mujeres la interrupción del embarazo acusando cuestiones morales y éticas, causando que las mujeres tengan que estar en múltiples lugares en busca de un médico que no se niegue a realizar el procedimiento. Sin embargo, se desconoce que es obligación de los prestadores de servicios de salud garantizar la interrupción del embarazo definiendo con anterioridad quiénes serán los profesionales que realizarán la interrupción sin objeciones y de manera oportuna.

Hay muchos obstáculos que pueden evidenciarse en la aplicación de la interrupción voluntaria del embarazo. Por un lado, muchas mujeres desconocen que la IVE está incluida dentro del plan obligatorio de servicios de salud y que debe ser garantizado para cualquier mujer independientemente de si se encuentra en el régimen contributivo o subsidiado, incluso, muchas mujeres desconocen la existencia de una norma que obliga al sistema de salud a realizar este procedimiento -hasta ahora bajo las tres causales despenalizadas- de manera obligatoria para quienes así lo deseen y lo elijan. Por otro lado, estamos en un país en el que existen muchos imaginarios erróneos sobre lo que involucra este procedimiento o cómo se hace. Por ejemplo, desde la semana 5 hasta la semana 10 de embarazo se puede realizar un aborto con medicamentos -mifepristona y misoprostol- los cuales cuentan con registro INVIMA y son declarados como esenciales por la OMS. Este aborto es seguro y no representa una perturbación en las actividades de la vida diaria de la mujer. Otra forma de hacerlo es por medio de la aspiración manual intrauterina, esta consiste en una succión bajo anestesia local de los contenidos al interior del útero, este procedimiento se puede realizar desde la semana 5 hasta la semana 15 de gestación. Asimismo, está la dilatación y evacuación DyE a partir de la semana 15 de gestación, se realiza bajo sedación y puede tener efectos como la somnolencia, náuseas o mareo durante un tiempo después del procedimiento.

Además del desconocimiento de los procedimientos, en nuestro país priman pensamientos religiosos sobre el cumplimiento de nuestros derechos como mujeres. Asimismo, existe toda una desinformación sobre el tema jurídico en cuanto al alcance de la norma y la penalización de la misma.

Podría nombrar muchas otras cosas sobre la IVE que de seguro muchas mujeres desconocen y todo este desconocimiento que hay alrededor de la interrupción voluntaria del embarazo y de todo lo que involucra trae consecuencias totalmente negativas para nosotras las mujeres. No solo en el retraso del procedimiento sino también en que todo esto lleva por obligación a que las mujeres tengan que acudir a lugares clandestinos en donde se pone en riesgo su salud pues estos lugares carecen de personal capacitado para realizar los procedimientos y tampoco cuentan con las condiciones de higiene requeridas, entre otros riesgos para las pacientes.

Por estos días, después de 15 años de la despenalización del aborto en las tres causales ya mencionadas, la corte está evaluando la posibilidad de despenalizarlo en todas sus causales. Pero realmente ¿qué implicaría que la corte diga que sí a la despenalización total del aborto? Por un lado y como implicación principal, se reafirmaría que somos las únicas que podemos decidir sobre nuestros cuerpos, se ratificarían nuestros derechos y se eliminaría la persecución que se da por tomar una decisión sobre nuestras vidas. Asimismo, se evitarían muchas muertes a causa de procedimientos en lugares clandestinos, mejoraría la calidad de vida de muchas mujeres que por diferentes causas tienen un embarazo no deseado, se eliminarían algunas de las falsas creencias que se tienen sobre el aborto como el pensar que es un procedimiento peligroso, o que es un capricho y que se realiza por irresponsabilidad de las mujeres.

Somos las únicas que podemos decidir sobre nuestros cuerpos...

Además, el aborto sin penalización pasaría de ser un asunto del sistema judicial a manejarse como un asunto de salud pública lo que traerá también consecuencias positivas en la medida en que se van a eliminar las barreras para acceder a la IVE, haciendo que el acceso a este procedimiento no dependa de condiciones socioeconómicas, sino que el procedimiento se garantice sin importar nada más que la decisión de la mujer y su elección de querer hacerlo. Por otro lado, se podrá empezar a acceder a tratamientos psicológicos gracias a secuelas que en ocasiones pueden quedar por realizar estos procedimientos, y esto, sin que exista el riesgo de ser juzgadas penalmente por haber tomado esta decisión.

Por otro lado, se debe tener en cuenta lo perjudicial que es tanto para las madres como para los hijos nacer y criar bajo una maternidad no deseada ni planeada, cuestión que cambiará al legalizar el aborto. Sumado a esto, se cambiará el foco de la penalización hacía la educación, una educación basada en métodos de planificación, educación sexual y reproductiva tanto para hombres como para mujeres. Se podrá empezar a educar en el tema, a hablar más abiertamente de la IVE, de sus implicaciones, procedimientos, etc.

La exigencia de muchas de nosotras por el aborto libre, seguro y gratuito se enmarca en la petición del cumplimiento y libre ejercicio de la autonomía sobre nuestros cuerpos, el cumplimiento de nuestros derechos sexuales y reproductivos y la garantía de la dignidad, la igualdad y el libre desarrollo de la personalidad. Exigir el aborto libre no es obligar a ninguna mujer a abortar, es abrir las posibilidades para que cuando una mujer esté bajo un embarazo no deseado, su vida no se ponga en riesgo y que bajo ninguna circunstancia se le juzgue por elegir sobre su cuerpo y su vida. Por esto necesitamos aborto libre, porque las maternidades tienen que ser deseadas, todas debemos poder recibir la misma educación para la sexualidad, no se puede desconocer que los anticonceptivos pueden fallar y, sobre todo, estamos exigiendo el cumplimiento de nuestros derechos y la autonomía sobre nuestro cuerpo que debe depender únicamente de cada una de nosotras.



Sobre la autora

Daniela Pedraza

Escritora

Mujer. Colombiana. Socióloga con Mención en Derechos Humanos y Justicia Transicional. Enamorada de los perros, los girasoles y los atardeceres. Con interés y amor por los temas, luchas y causas sociales.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



Cargando comentarios...
Scroll to Top