Sociedad

¡Cansadas de estar sexualizadas!

Tiempo estimado de lectura: 7 min
2021-08-12 por Daniela Pedraza

Hace un tiempo, escribí un artículo sobre la carga que tienen ciertas prendas de vestir para nosotras las mujeres. Desde mi punto de vista, no se trata de que tengamos o no que usar o dejar de usar ciertas prendas de vestir, porque el tema de fondo no es la ropa. El verdadero problema está en que la sexualización de nuestro cuerpo como mujeres es real y existe. Hay que mencionar, además, que todo esto es reforzado por ese pensamiento machista de algunas personas que constantemente siguen enalteciendo nuestros atributos físicos, por encima de otras características. Hoy, decido retomar un poco el tema desde un escenario un tanto distinto: el deporte.

Durante cada jornada de eventos deportivos, podemos observar no solo los y las grandes deportistas que allí asisten, sino que podemos notar que existe una diferencia muy notoria entre los uniformes de las mujeres y de los hombres. Por ejemplo, en gimnasia, las mujeres usan leotardos cortos, mientras que los hombres pueden usar uniformes que cubran todo su cuerpo. En atletismo, salto largo, alto y otras modalidades, las mujeres usan pantalonetas cortas y ceñidas mientras que los hombres usan pantalonetas holgadas. Lo mismo ocurre en voleibol de playa y en muchos otros deportes, por lo que podríamos seguir comparando el uniforme que usan los hombres vs. el que usan las mujeres. Conviene subrayar que, en algunos deportes no existe un reglamento que obligue a los deportistas a usar cierto tipo de uniforme, sin embargo, en otros, sí existe reglamento de vestimenta, como es el caso del balonmano.

Desde hace unos días se han tenido diferentes reacciones frente a la noticia de la multa impuesta por la Federación Europea de Balonmano a la selección nacional femenina de Noruega. ¿La razón? Vestimenta inadecuada. Las jugadoras decidieron dejar a un lado el tradicional bikini ceñido y usaron pantalonetas cortas como uniforme. La multa está cerca de los 1.500 euros y ha desatado todo tipo de comentarios. Cabe señalar, que el hecho de que este tipo de cosas pasen, aunque es lamentable, nos permite seguir abriendo escenarios en los que podamos cuestionar aspectos como la sexualización del cuerpo de la mujer y visibilizar los tan necesarios cambios que se requieren alejados de un pensamiento machista, y esto, sin importar el espacio en el que se dé: oficinas, escuelas, espacio público, en nuestro hogar, e incluso, como lo podemos notar, en escenarios deportivos de talla internacional.

Habría que decir también que el hecho de que se exija usar cierto tipo de uniforme para las mujeres tiene de fondo un claro discurso basado en la sexualización. Esta, ocurre cuando la mujer se trata como un objeto sexual y se evalúa en función de sus características físicas, exaltando atributos sexuales por encima de otras cualidades. (American Psychological Association, 2007). Además, se trata de controlar el aspecto de las mujeres y de cómo son percibidas. En el deporte -y en muchos otros escenarios- las mujeres se ven obligadas a poner primero su aspecto físico frente a la comodidad, y esto, con el único objetivo de satisfacer ya sea a sus patrocinadores o a quienes dirigen los deportes de los cuales hacen parte. Relacionándolo al tema, podemos pensar entonces que resulta más importante que las deportistas usen bikinis ceñidos o leotardos cortos que su desempeño en el deporte, lo cual es totalmente grave.

La Federación Internacional de Balonmano, en su reglamento exige que el uniforme de las mujeres que practiquen este deporte sea un bikini que debe tener ciertas características: medidas de máximo 10cm de ancho, ajuste ceñido y corte en un ángulo hacia arriba hacia la parte superior de la pierna. Mientras para los hombres se menciona que pueden usar pantalonetas cortas que no sean demasiado holgadas. Podríamos entonces cuestionar este reglamento para los uniformes que deben usar las mujeres desde varias perspectivas. Por un lado, aún en pleno siglo XXI, están imponiendo qué deben usar y qué no las mujeres, lo que coarta totalmente la libertad. Al mismo tiempo, se puede pensar también que el hecho de tener que usar sí o sí un bikini ceñido puede alejar a muchas mujeres de la práctica del deporte y esto al hacerlas sentir incómodas usando una prenda de vestir así. Por ejemplo, para mujeres musulmanas o árabes puede ser impensable practicar un deporte como el balonmano por la exigencia en el uniforme que va totalmente en contravía a sus costumbres. Incluso, el bikini también puede ser un problema en relación con la menstruación generando mucha incomodidad para las deportistas.

Es importante mencionar que, en ocasiones anteriores, la selección noruega había pedido autorización para poder cambiar el bikini por pantalonetas cortas, a lo cual la Federación Europea de Balonmano respondió que no era posible y que el hacerlo podría traer consigo una sanción e incluso una descalificación de la competencia. Sin embargo, la selección noruega decidió hacerse cargo de la multa en tal caso que fuera impuesta. Es por esto, que considero necesario aplaudir la valentía y el coraje de las mujeres de la selección noruega de balonmano por levantar su voz frente a reglas y normas que hoy resultan retrógradas y machistas. Es importante resaltar este tipo de actos porque no muchas personas buscan cuestionarse u organizarse frente a cosas que piensan que están mal y necesitan un cambio. Y mucho menos, se atreven a romper reglas para sentar precedentes frente a una incomodidad que viven. Hacer ruido frente a estos temas, siempre va a ser valioso y lo que sí es seguro es que ¡no hay mejor momento para un replanteamiento que hoy!

La valentía y el coraje de las mujeres de la selección noruega de balonmano por levantar su voz frente a reglas y normas que hoy resultan retrógradas y machistas.

Volviendo al tema que nos ocupa, es importante recalcar que, la exigencia de estas deportistas, no se reduce a obligar a todas las mujeres a usar pantalonetas largas, trajes cubiertos, leotardos que lleguen hasta los tobillos, etc. El tema es de libertad de elección, comodidad para las deportistas y sobre todo de hacer visible la importancia de que las mujeres puedan participar en los procesos de toma de decisiones que las involucran directamente. No podemos seguir permitiendo que una visión machista, que pertenece totalmente a otra época, siga imponiendo qué pueden y deben o no llevar las mujeres, y esto, en ningún escenario. Asimismo, es importante recordar que no debemos reforzar el pensamiento en el que se sigue culpando a la ropa que usamos por la sexualización de nuestros cuerpos y el acoso del que podamos ser víctimas, no podemos reducir un tema tan estructural a algo tan básico como la ropa.

A través de su cuenta de Twitter, la selección nacional femenina de balonmano de Noruega dejó claro que, con este acto, lo que manifestó es el deseo de que se cambie el reglamento de la vestimenta para los deportistas, y que cada quién -hombre o mujer- decida usar la ropa que quiera usar y sobre todo con la que se pueda sentir cómodo y cómoda al practicar su deporte. Es de resaltar, que la petición no se enmarca solamente en las mujeres, sino que, por el contrario, la petición es por una elección de uniforme para todas y todos.

Selección nacional femenina de balonmano noruega

Por último, me pregunto ¿cuál es la necesidad entonces de tener trajes ceñidos y reveladores? ¿Le agrega o le quita esto al actuar deportivo de cada persona? Por supuesto que no. Entonces: ¡La ropa, que sea la que queramos y deseemos usar! En la calle, en la casa, en el deporte, y en cualquier escenario. Si queremos faldas, ¡usemos faldas! Si queremos pantalonetas, pantalones, la prenda que sea, ¡usémosla! Que dejen de imponernos qué y cómo vestir a partir de esa visión de nuestro cuerpo como objeto de deseo sexual, que dejen de sexualizarnos y nos permitan sentirnos cómodas y seguras con la ropa que decidamos llevar.



Sobre la autora

Daniela Pedraza

Escritora

Mujer. Colombiana. Socióloga con Mención en Derechos Humanos y Justicia Transicional. Enamorada de los perros, los girasoles y los atardeceres. Con interés y amor por los temas, luchas y causas sociales.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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