Política

El pueblo les vale huevo

Tiempo estimado de lectura: 4 min
2021-05-18 por Laura Ventura

Días de protestas han acechado el país: inconformismos, desasosiegos, humillaciones y mentiras hicieron levantar a un pueblo entero. Un gobierno austero, apático y con tintes dictatoriales ha abrumado a una sociedad que se ha visto atropellada por la barbarie y la terquedad de mandatarios que no oyen, no escuchan, ni ven razones más allá de su burbuja de privilegios.

Una reforma tributaria fue la gota que derramó toda el agua, un pueblo agotado de las desigualdades y las injusticias, pide a gritos oportunidades para sobrevivir y sobrellevar la vida en un país tan rico y a la vez tan pobre como Colombia. La falta de oportunidades llevan a Colombia a ser el país más desigual de América Latina, pues sus regiones tienen niveles de desarrollo muy distintos, teniendo en cuenta variables sociales, políticas y económicas. La brecha es abrupta, los territorios que se encuentran en la periferia padecen de abandono estatal y de falta de recursos, en donde los mandatarios ni siquiera se interesan por las situaciones precarias que viven miles de colombianos; lugares que no cuentan siquiera con servicios básicos como saneamiento y electricidad.

Además, la situación se agrava en época de pandemia, donde el empleo es escaso y por ende los recursos económicos limitados. En los últimos días el DANE reveló las cifras 2020 de personas en situación de pobreza en el país, en donde se encuentra un 42.5% de la población, aumentando en casi 7 puntos porcentuales frente al año 2019. Igualmente, más personas ingresaron a la población en situación de pobreza extrema, llegando a un 15%; resaltando que sin las ayudas del gobierno para mitigar los efectos de la pandemia, muchas más personas hubiesen ensanchado estas cifras, por lo que se hace necesaria una reforma tributaria. Sin embargo, el abandono estatal permitió que los subsidios económicos no se distribuyeran de la mejor manera en el territorio y así miles de personas no pudieron beneficiarse del mismo, cansados de esta situación han decidido alzar la voz ante las desigualdades.

El abandono estatal permitió que los subsidios económicos no se distribuyeran de la mejor manera en el territorio y así miles de personas no pudieron beneficiarse del mismo...

Un abandono estatal del cual miles de colombianos son víctimas y su manera más eficiente para ser observados por el Estado, es participar activamente en el Paro Nacional. Es de esta manera como el gobierno ve que existen territorios desatendidos y relegados por el mismo; cuando escasean los alimentos, los bienes y los servicios, la situación hace que se busquen alternativas, que se vuelva la mirada a la Colombia reprimida y olvidada. Ciudadanos se han unido a lo largo del país para hacerse visibles y exigir respeto, dignidad y oportunidades, como los casos de Cali, Santa Marta, Bogotá, Medellín, y uno de los lugares más importantes para el país, Buenaventura, en donde los bloqueos han generado inconformidades en sectores del país ya que impiden el paso de mercancía al interior, siendo allí que sus habitantes no den su brazo a torcer frente a la situación, como bien lo menciona Leonard Rentería, joven activista del paro nacional, al hablar del puerto:

“¿Te parece poco la pobreza en la que viven acá?, 80 % de pobreza. Si no les parece justo que nosotros nos tomemos las vías de hecho, pues a mí sí. ¿Sabes por qué? Porque mientras ustedes están en la comodidad de su casa comiendo rico, viviendo bien y tranquilos; nosotros, los que movemos el puerto y trabajamos acá no tenemos buen pago, no tenemos condiciones de vida, vivimos en la pobreza, y ahora les parece mal que nosotros taponemos para que nos presten atención. A ustedes lo único que les interesa, por lo que acabo de escuchar, es que la mercancía entre y salga…”

Hechos de esta magnitud han generado que el presidente de la república envíe asistencia policial a las diferentes ciudades en donde las manifestaciones son de mayor magnitud, dejando como saldo policías y miembros del ESMAD disparando en contra de la población civil, detenciones arbitrarias, intervenciones violentas en protestas pacíficas, agresiones y lesiones físicas, víctimas de violaciones y muertes a manos de la policía; denotando así, la terquedad del gobierno ante las solicitudes de un pueblo cansado de la negligencia, un gobierno impositivo y autoritario que reprime el derecho a la manifestación, dejando entrever las problemáticas para dirigir un Estado en crisis. En esta medida, organismos internacionales empezaron a pronunciarse al respecto y muestran la crítica realidad colombiana al mundo, pidiendo al gobierno que evite confrontar de manera violenta a la sociedad civil.

El Presidente y su gabinete han dado muestras poco empáticas a su población, sin tener la plena conciencia de que las personas que han salido a protestar piden un trato justo y digno, que son parte de sus gobernados y que además no pueden hacerlos pasar como vándalos cada vez que la fuerza pública excede el uso de su fuerza. Justificar acciones violentas por parte de quienes deben defender a una población vulnerable, solo hace que se pierda la confianza y la credibilidad en las instituciones que optan por actuar como si el Paro Nacional no les inmiscuyera, más allá del orden público y el uso de vías principales.

Justificar acciones violentas por parte de quienes deben defender a una población vulnerable, solo hace que se pierda la confianza y la credibilidad en las instituciones...

Cuestionar la realidad del país y dejar a un lado la posición privilegiada de muchos, permite ver con mayor claridad las necesidades de las cuales se hablan en las calles, hablar por quienes no pueden y entender a quienes actúan de manera violenta; logrando simpatizar con un movimiento nacional que está agobiado de lo mismo, gobierno tras gobierno, que quiere ser escuchado y tenido en cuenta en la política nacional, además, de entrar a tomar parte activa de la sociedad que cobija el gobierno. Estas protestas no carecen de fundamentos, pues a diario mueren jóvenes, líderes sociales, mujeres y niños en búsqueda de oportunidades en un país que carece de ellas, en donde no existen garantías y la represión es un plato diario, en donde solo se puede decir que al gobierno le vale huevo el pueblo colombiano.



Sobre la autora

Laura Ventura

Editora, Escritora

Escritora por gusto y pasión; me gusta pensar que alguien puede identificarse en mi escribir. Feminista en busca de respuestas, de entendimiento de la realidad social, especialmente del papel que juego allí. Hablando sobre la delgada línea que separa la cara del sello.



El contenido de este artículo es propiedad de la Revista Cara & Sello



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